Renunciar a mi arte.
Hubo una vez que me dijeron que era una persona muy aprensiva y eso jamás se me borró de la cabeza. Con el pasar de los años fui entendiendo más o menos que significaba aquello.
Tengo el recuerdo de la primera vez que me lo dijeron, fue una noche que me sentía devastada e iba en el carro camino a casa y la persona que menos imaginaba que me iba a hablar me habló y fue curioso porque al verme la cara creo que sabía que necesitaba contarle a alguien lo que me pasaba y que también necesitaba un abrazo...
Fue ahí en medio de la luz tenue de la sala en donde genuinamente me dijo que yo era una persona bastante aprensiva pero en ese momento no entendí, lo único que recuerdo es la sensación que tenía de que a pesar de todas las adversidades siempre, de alguna forma de la manera más ramdom, había algo que nos conectaba y hacía que nos procuráramos el uno al otro.
Su amistad y lealtad ha sido una de las cosas más rara que encontré, porque no importa cuanto tiempo haya pasado yo sé que si algo me pasa, estará preocupado por mí. Es como una especie de pacto silencioso.
Hay muchas cosas que me dijo que valieron por 10 años más de vida; Como esa noche con el cabello mojado de haber salido de la ducha y mi voz más honesta hablando a cerca de mis sueños mientras tu me decías ¿Por qué no lo intentas? y ahora que tengo 26 pienso, wow... las palabras tienen poder porque hoy casi 6 años después su voz sigue haciendo eco en mí. y aquí estoy, luchando por mi sueño aún.
***
Antes de emigrar era una persona totalmente diferente, antes de emigrar, sin saber muy bien mi fecha de ida conocí a alguien, de esos amores tan pasajeros pero que dejan una marca como una tinta en tu corazón, y es curioso porque no pude despedirme de él pero sí recuerdo la última vez, tan intensa como novela adolescente (cuando recuerdo esas cosas es cuando digo que realmente valió la pena vivir) saliendo de su casa me besó intensamente y le pregunté por qué y él sólo contestó porque no sabía si era la última vez que me vería y al parecer sí fue la última, porque un par de días después a último minuto tuvimos que recoger nuestras cosas e irnos y yo sólo no paraba de saturarle el teléfono con mensajes si no que, no paraba de llorar... y recuerdo que el último mensaje que me envió fue diciendo que recordara que iba a un lugar donde nadie me conocía y que podía ser quién quisiera ser.
Mierda, eso no se me ha borrado del cerebro desde ese entonces, recuerdo perfectamente cuando me dijo que tenía el talento y que debería de aprovecharlo y yo, por pena simplemente no acepté su oferta de grabar una canción. Es curioso como esas vivencias te moldean para siempre y como personas que parecen pasajeras solo son mensajeros de lecciones que te acompañarán durante toda tu vida.
Esos dos y un par más son las voces que me siguen manteniendo cuerda cuando quiero renunciar a mi arte.
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