Ladrillo por ladrillo...

 Una conversación entrecortada, hace tiempo que mis dedos no se sentían tan frescos, hace tiempo no me dabas motivos para escribir. Escucho los ecos de tu mente que están tratando de encontrar cierta validación y me pregunto ¿Qué estás tratando de demostrar? y ya no intento encontrar señales ni mensajes cuando se trata de ti. 

Ahora mismo siento como se estiran mis dedos, sin saber muy bien qué decir a cerca de ti. Después de todo he estado tan enfocada en mí que no sabría decir si sé o no a cerca de las cosas que pasan a mi alrededor; La música me mueve y estoy aquí, tratando de no regar esa semilla que dejaste aquella noche, cuando pteguntaste si alguna vez había pensado en que todos tenemos una persona para nosotros, que no importa cuantos pasen... siempre será para uno.

Tuvimos una media conversación con sabor a frutos rojos y bostezos, en donde una vez más seguías soltando al aire aquellas cosas que quizás nunca has podido contarle a alguien más.

¿Sería justo decir que te he estado exprimiendo para escribir mis canciones? esto me causa algo de gracia, porque al final después de tanto trabajo arduo y de tanto sufrimiento, sé que en algún instante... cualquiera de las canciones que te escribí, que desde lo más profundo de mi corazón digo que son canciones eternamente de mí, estas serán un hit.

Nadie nunca había creído tanto en mí como lo hago yo ahora y eso es lo que verdaderamente importa.

Todos estos meses he estado trantando de encontrar un equilibrio entre todo aquello que me apasiona hacer y las personas que de verdad valoro. ha sido difícil este camino pero sé que al final de cuentas es para mí y si el precio es caminar a solas, yo estoy dispuesta a pagar.

Los tiempos se me van tan rápido que a veces olvido quién ha estado a mi lado de verdad y ligeramente me pesa el no poder dedicar mi valioso tiempo a personas que de verdad se merecen cierto pedacito de mí.

¿Amor? ¿Quién dijo eso? pero después de todo no me desagrada, que cada vez que me ve me abraza como si fuera la última vez y que me ve con ojos de cariño, me besa como si de verdad me quisiera y me cuida lo suficiente como para dejarme saber que puedo recostarme en su hombro cada que el cansancio me gana... 

Mierda...

Me gusta el hecho de poder hablarle del universo, de como me siento, de aquellas cosas que pienso, me gusta  el de poder compartir, me gusta cuando toma mi mano, realmente me gusta cuando me trasnmite toda esa tranquilidad y que con detalles va desarmando, ladrillo por ladrillo... ese muro que construí.

¿En qué momento te solté? ¿En qué momento dejé de compararte? y después de eso, sinceramente...

soy feliz.



Comentarios

Entradas más populares de este blog

Espacio entre lo que fuimos, lo que somos y lo que fue.

no title