Mi infinito torrente de corotos mentales.
Como un fantasma, como un pellizco de ansiedad... Aparece. Ahora encuentro más respuestas, comprendo un poco lo que hay allá afuera y en mi interior.
Todo encaja de a poco, como un rompecabezas y siempre supe, siempre sabré.
Mi corazón late a un ritmo diferente y ellos no lo van a comprender.
La melancolía y el rencor los he dejado en el ropero.
Me he enfrentado en el espejo, he recordado una vez más quién soy.
Ahora valoro cada cosa, las luces de esta ciudad, el camino largo a casa, el frío en la piel de mi rostro y el aire azotando mi cabello...
Cada paso que doy por las calles empredradas, cada gota de sudor provocada por una tarde agitada, mi piel tostada por un beso del sol.
La música se amplifica en mi alma y tal vez por eso atravieso las fibras de cada corazón e incrusto raíces que van creciendo sin que se den cuenta.
Es absurdo que al entregar tanto no pueda reconocer mi valor, es absurdo que haya veces que no me sienta merecedora y que me conforme sólo con dar.
Me merezco todo lo quiero, pero me he acostumbrado a la idea de que nadie me lo va dar y que por eso mismo yo lo tengo que tomar.
No necesito a nadie y no me excusaré detrás de una idea tonta de lo que es la "libertad" no, yo mantendré mi posición y no me dejaré doblegar por absolutamente nadie y permitiré que alguien camine junto a mi, sólo si de alguna manera pudiera acompañarme sin intentar poseerme con cierto matiz de egoísmo, sin que intente dominarme para moldearme a su gusto.
El amor no es nada de lo que creen que es, el amor no es posesión, egoísmo, celos... El amor es... Aquella semilla que siembras y que sin darte cuenta, de a poco va creciendo. el amor es eso que en algún punto desbordará de ti y no podrás controlar y tal vez por eso le temen.
Cueste lo que cueste voy a llegar a dónde quiero, de la manera más honesta y transparente posible.
Los que no tienen las agallas de pararse en frente de mí y decir con franqueza que es lo que sienten, que es lo piensan, no merecen ni una pizca de respeto y ni una miserable migaja de reconocimiento. Prefiero una puñalada de frente, un cuchillo envenenado con verdad que un falso velo de cariño o una sonrisa con falta de reciprocidad, al final... no me interesa mucho. Esas personas se cavan su propia tumba, se desconocen al mirar su reflejo y cambian de nombre cada segundo, se refugian dentro de un disfraz camaleónico y su voz se distorsiona con creencias y doctrinas de alguien más; Son perfectamente manipulables e influenciables para causas que eventualmente los llevará a atravesar el camino de la torre que se derrumba una y otra vez, tratando de dejar en claro una lección que no muchos están dispuestos a aprender.

Comentarios