Diario de Ori.

 Tengo un torrente de palabras en mi mente, hace meses no me daba ansiedad de la fea, de esa en donde sientes una presión en tu pecho y te asustas sin saber por qué, de esa en donde quieres llorar pero no puedes, en donde realmente te cuesta respirar. 

Mamá dice que debo ir al psicológo, al terapeuta quizás.

Hace dos años aproximadamente tuve un colapso y la doctora me dijo que debía ir al terapeuta para tratar mi ansiedad, nunca fui.  No quiero pensar en la idea de que podría de manera voluntaria permitir que alguien me medique, me adormezca con cierto tipo de pastillas que siempre voy a odiar. 

He pensado tantas cosas... en medio de la soledad. No cuento con nadie más que conmigo misma. ¿Cuantas veces tendré que equivocarme? ¿Hasta dónde podré llegar? o más bien ¿Hasta donde tendré que llegar?  la vida es algo más que andar y yo sigo siendo una pieza faltante que no todo el mundo puede distinguir su forma. Sí, en el fondo de mi corazón sé que tal vez nunca encuentre un hogar, porque estoy destinada a los viajes eternos, porque aquello que podría llamar casa es pasajero, debido a que todo siempre lo cargo en el corazón. pero la gente sólo ve a este como un puerto...

Tal vez deba aprender una lección. 

Tampoco se trata de exigir o darse cierto valor porque nada hermoso exige demasiada antención.

Algún día un alma se cruzará en mi camino y sólo espero que las heridas no pesen demasiado, que las cicatrices no pesen más que el amor.




Comentarios

Entradas más populares de este blog

Espacio entre lo que fuimos, lo que somos y lo que fue.

no title