Diario de Ori.

    Hoy hubo una marcha, literalmente una multitud de mujeres unidas (probablemente enfurecidas)  por una causa en especifíco que al final ni siquiera me pareció que concordara con la manera en la que estaban actuando. Honestamente me siento totalmente desligada a esas situaciones, tal vez sea porque crecí rodeada de manifestaciones, ciertos ideales y doctrinas políticas con las cuales no estaba de acuerdo e incluso con cierta violencia sanguinaria. 

Desde que llegué aquí, me di cuenta que estar dentro de ese tipo de movimientos no era para mí, que resultaba ser muchisímo más peligroso, que sería como exponerse en su totalidad. Comprendo que muchos salgan a defender alguna que otra causa pero honestamente mi manera de hacerlo jamás será así, no sé, simplemente rechazo todo tipo de actividades así.


De alguna manera u otra terminé pensando en las personas y en su por qué, muchos tendrán una razón más profunda que la de "sentir que forman parte de algo" algo más grande, algo que los supera.

Respeto a los que tienen una razón concreta para defender un ideal, aunque no siempre sea lógico o válido para mí... respeto que para ellos lo sea y que lo defiendan con cierta ferocidad.

Eso va de la mano con que a nadie le gusta sentirse rechazado y después llegué a la parte en que lo que realmente no se ajusta a mi mente e incluso podría crisparme un poco, son aquellos corderitos asustados que sólo siguen y corren sin saber a dónde van ni por qué.

Aún me cuesta creer que existe gente que no tiene ni la remota idea de quienes son ni hacia donde van. Pero bueno, no todos tienen la misma suerte.

Me vuelve un poco loca el hecho de que dentro de las mismas causas y movimientos, exista cierta hipocresía, pero ya debería acostumbrarme a ello... porque eso siempre existirá en cualquier lugar.

Siempre habrá gente disfrazada de buen samaritano, siempre habrá gente tratando de manipular y que cuado te descuidas, te apuñalarán.


Pero ¿Quién soy yo para juzgar? Puede que yo no sepa muchas cosas, pero hay algo que si sé: No nací para formar parte de multitudes, tampoco nací para callar ni apoyar causas u movimientos ajenos a los míos.

Llámenme egoísta  o ignorante pero la verdad es que soy mi propia religión, que con desdén expulsa a aquellas personas que no son fieles a sí mismos porque ¿Cómo rayos puedes ofrecerle algo bueno al mundo? Si ni siquiera sabes qué es lo que quieres para ti. 

Puede que a veces no sepa bien qué es lo que quiero pero una buena manera de empezar, es sabiendo qué es lo que no quiero.

El punto es que llegué a la conclusión de que hay cosas que no se pueden erradicar y que tal vez nunca se pueda, y me gusta pensar que es así por el simple hecho de que todo perdería su equilibrio perfecto.¿Cómo existiría el bien sin el mal? ¿Cómo sabríamos diferenciarlo? ¿Hacia donde irían dirigidas nuestras decisiones y razones? ¿Cuál sería nuestro propósito de luchar? Creo firmemente en que las diferencias siempre serán un puente  y que si bien hay cosas que no se pueden eliminar, siempre habrá una manera de dominarlas y gestionarlas.



Comentarios

Entradas más populares de este blog

Espacio entre lo que fuimos, lo que somos y lo que fue.

no title