Diario de Ori.

No me he dado la oportunidad de descargar ciertas palabras, pensamientos y emociones en este lugar. He preferido plasmarlo todo en un papel y guardarlo. No sé, tal vez este lugar me hace sentir un poco más expuesta, me hace filtrarme un poco más. 
Han pasado tantas cosas por mi cabeza que el cansancio simplemente me hace poner límites. He asimilado de una manera distinta el hecho de que soy diferente y también me he recordado que eso ya no es una excusa para llorar, si no que se ha transformado en una perfecta razón para sentirme orgullosa de mi misma. Eso tampoco quita el hecho de que es un rotundo recordatorio de mis cicatrices, de cómo constantemente he tenido que luchar contra ciertos patrones o cánones establecidos por la sociedad y mi familia.  Toda mi vida siempre ha sido una guerra que al final me di cuenta de que no necesariamente tengo que luchar en voz alta, como solía hacerlo, si no que ahora puedo hacerlo tras cierta indiferencia y vivir con la satisfacción de que no seré como ellos y que tampoco tengo que serlo, lo cual está bien.

Vivo en la realidad desde mi percepción, me he creado cierta capa de inmunidad respecto a los comentarios y estupideces que dice la gente a cerca de lo que debo o no debo hacer, pensar, decir, entre otros...

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