Diario de una cuarentena (parte I)



Las paredes se hacen más chicas
Sus voces me crispan
Todo me da vueltas
Siento que me voy a desmayar
A esta altura estoy un poco harta.

Salgo al patio trasero
Para respirar
Y anhelo con fuerza
tirarme en el pasto
Mirar hacia el cielo claro
Mientras siento como la tierra
Absorbe cada una de mis malas vibras.

Extraño caminar entre la gente
Con alguna canción de fondo,
Preguntándome muchas cosas
¿Qué estarán pensando?
¿Como serán sus vidas?
¿Cómo se sentirán ahora mismo?

Extraño visitar las galerías de arte
Fotografiar varias partes de la ciudad
Ir al teatro sola
Sentarme a pensar en el mirador
 escribir en mi libreta,
Sentada al lado de la fuente
Ó estar en cualquier plaza 
Tomándome un café.

Extraño enamorarme a primera vista
Mientras voy en el transporte público.
Disfrutar el camino, 
Mientras leo algunas páginas
De mi libro favorito
O escucho alguna melodía 
Que realmente me mueva el corazón.

Incluso extraño perderme en los recuerdos
Que provocan ciertos lugares
Mientras me desvanezco en los instantes
Que alguna vez creí eran míos
Pero que ahora  sé, 
Son imposibles guardar
De una manera estática,
Perfecta y nítida
Porque poco a poco
Se van distorsionando
Reemplazando con una nueva emoción.

Extraño perderme 
en las expresiones de la gente
Sonreírle a los bebés
Aplaudirle a los artistas callejeros
Sonreír mientras escucho alguna canción
Hablar con extraños
Solo porque sí. 










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Espacio entre lo que fuimos, lo que somos y lo que fue.

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