A veces creo morirá ahí.

La ciudad se desvanece a mis espaldas
siempre se me eriza la piel
porque voy tan alto
y el viento choca con mi rostro
dejándome una expresión casi insípida,
mientras trato de sonreír
decido que no es el momento para ello
mis ojos se hacen pequeños
voy cabeceando junto a la ventanilla
el cansancio me gana
pierdo el conocimiento por unos segundos
deseando estar en casa al despertar.

Quería dormir pero no puedo
primero debo tomarme este té
hecho con la dosis perfecta de cariño
la dosis perfecta de apoyo moral
todo me grita que este
tiene que durar lo suficiente
para que este escrito acabe.

Un sorbo adormece mi garganta
cual droga, me hace sentir cierto tipo de calidez;
 Cinco minutos antes
Me estaba desbordando
chorreando de realidad,
unos brazos me rodeaban
mientras de mis labios
salían palabras 

"y la peor parte es que no le puedo desear el mal"

Una carta vacía se guardaba,
en mis borradores

Siete de enero

Evasión
No he querido borrarla
No la he querido transcribir
mucho menos enviarla
a veces creo morirá ahí.






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