Dos maletas.
Dos maletas, traigo mi vida en dos maletas; si supieran lo estresante que esto puede llegar a ser. Al menos estoy de paso en una ciudad que amo y de la cual me enamoré. Finalmente estoy cumpliendo mi principal meta, que he tenido casi desde que tengo uso de razón: ver qué es lo que está allá afuera.
Vengo de un rinconcito, que me vió crecer y en donde dejé un par de amigos que son como un tesoro para mí. Vengo de una ciudad, si es que así se le puede llamar, porque a mi parecer era solo un pueblo, un hueco del cual la mayoría de las personas no aspiran a salir. Siempre me dió la impresión de que las personas actuaban como si no existiera nada más allá de las fronteras de este lugar, y creo que eso era lo que en parte siempre me disgustó. Su falta de curiosidad, su mediocridad.
A lo largo de mi corta vida he conocido cantidad de personas maravillosas, de esas que se podrían contar con los dedos; Unos tienen maravillosos sueños y están dispuestos a luchar por ellos (lo cual implica salir de ahí) y otros deciden perseguir sus sueños quedándose y digo yo, que son afortunados por tener la habilidad y motivación de abrirse camino en ese lugar; Aunque la verdad, como es un lugar pequeño, una de las ventajas es que a la hora de triunfar tienes la oportunidad de destacar con facilidad.
Estando yo, las personas siempre me dijeron que si buscaba las oportunidades, las encontraría. Admito que tienen razón pero la verdad no es que no pudiera, la verdad es que nunca he querido permanecer y mi mente siempre estaba ocupada pensando desesperadamente cómo podría salir de ahí, es por eso que jamás pude ver alguna opción y oportunidad.
Toda mi vida he sentido cierto descontento respecto a ese lugar, nunca se sintió verdaderamente como mi hogar, a pesar de que intentara seguir adelante y resignarme al hecho de que me quedaría, mi desmotivación seguía creciendo más y más. Hasta que un día no aguanté y a pesar de toda la tristeza y rabia que sentía al estar atrapa, decidí diseñar mi vida. Una muy lejos y fuera de ahí, pero el problema era ¿De qué manera podría llevar a cabo ese plan? y luego fue como si la vida me lo pusiera justo en frente; Eso me lleva a pensar en que cuando deseas algo con toda tu alma y corazón, el mundo conspira siempre a tu favor para que lo consigas; Lo que realmente importa es los ojos con que lo ves.
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