Tú.

Un huracán.
 Me has dejado con un torrente de emociones fugaces e intermitentes que a veces se sienten como una bofetada en mi corazón. 
Cada pequeña cosa, cada rincón de este lugar me recuerda a ti y no puedo evitar que mis ojos se inunden. ¿Qué demonios puedo hacer? Las personas no saben de estas cosas, no entienden lo que hay entre tu y yo, no han vivido lo que nosotros.
¿Dónde están tus brazos ahora? a kilómetros de los míos, dejando un vacío que rápidamente enfría mi piel. Cariño, estás muy lejos como para sentir el calor que emana tu respiración cuando choca contra mi rostro, tu voz...  te juro que puedo escucharla susurrándome al oído que todo estará bien.
Eres tú mi alma gemela, el único que conoce cada centímetro de mi ser, eres tú, tú... solamente tú a quién quiero, pero el resto del mundo no parece entenderlo.
Te juro que cuando te vuelva a ver caeré y me acurrucaré entre tus brazos, no podré más, simplemente no podré más y lloraré de alivio, de amor, de felicidad, de toda la presión que aguante durante todo el tiempo en que estuviste ausente, porque, sinceramente no tenerte aquí es como respirar dolor de a momentos, es como andar por la vida medio vacío.

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Espacio entre lo que fuimos, lo que somos y lo que fue.

no title