Prejuicios.

Mis dedos se resquebrajan, escucho prejuicios sin parar y mi mente no para de contestarte con tranquilidad y despreocupación que las decisiones que he tomado a cerca de mi forma de ser no te incumben.

Si ya yo lo superè, ¿por qué tu no?

Constantemente recibo estas quejas còlericas de ti, no paras jamás de hablar y creo que esa es la principal razón por la cual me rendì contigo. No vale la pena hablarte.

Y aquí va de nuevo, mueves tus labios con rapidez y yo solo me muevo hacia cualquier dirección menos hacia donde te encuentras tu. Vamos en direcciones contrarias, ¿por qué no simplemente me dejas en paz? oh, a veces olvido que estás emparentada conmigo y que es tu trabajo estar encima de mi; Decir esto no significa que estè desprendiendo desprecio hacia ti si no que, la misma energía que gastas tratando de hacerme cambiar, reprochándome, criticándome y en mis peores momentos haciéndome sentir peor. Podrìas gastarla en cosas que siempre necesitè de ti como... emm por ejemplo apoyo, comprensión, motivación y un montón  de cosas màs que necesitè mucho y que jamás recibì de ti.


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