Que mañanas, tardes y noches tan frias...
todo se ha tornado tan nublado desde aquel dia en que vi el sol caer y esconderse tras las montañas.
he despertado en la mañana y sentido como el frio eriza mi piel, debido al contacto hacen mis pies con el suelo. 
 Me  he asomado por la ventana y preguntado si el sol algun dia nos brindara su calor de nuevo, pero no me lo pregunte con amargura, de esa forma en que todos lo hacen, es decir como si despreciara a la lluvia porque, ¿quien podria odiar a la lluvia? si ella nos brinda muchas cosas buenas.
Admito con orgullo que en estos dias  he deseado con mucha fuerza poder salir y dejar que la lluvia caiga sobre mi piel, he anhelado cada dia sentir su frescura y frialdad porque se que esta epoca o estacion algun dia acabara.

Cada vez que la lluvia cae formando pequeños charcos en el suelo, siento a esa pequeña niña dentro de mi otra vez, extrañando de vez en cuando el poder juguetear por ahi sin importar si me arruino los zapatos o alguna prenda que pueda llevar. La verdad, quiero algun dia llegar y tomar su mano para solo salir y dejar que la lluvia nos moje en medio del pavimento.


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