No intentes aferrar a lo que duele ni intentes revivir lo que ya murió.

Recuerdo cuando teníamos una amistad,  aunque nunca estuvimos tan unidos como aquella vez, aquella vez en la que realmente sentiste que me habías perdido y te diste cuenta de lo mucho que valía yo para ti...

Tu creíste que yo estaba enfadada, pero realmente solo pretendía estarlo para que te doliera y recapacitaras... 

la verdad es que yo jamás estuve enfadada, lo que realmente sentí fue dolor, porque jamás esperé que vociferaras dichas palabras y cuando te escuché decirlas simplemente me quede en shock, mientras que yo misma me repetía que no habías dicho eso (estaba en negación) pero luego en cuestión de segundos mis lágrimas comenzaron a resbalar por mis mejillas, yo solo me preguntaba

¿por qué demonios tenías que decir eso,  porqué?

te metiste con aquel tema que más me dolía...

y para mí tu tenías más importantancia de la que te debí dar, te perdoné fácilmente (cosa que jamás debí hacer) 

mientras que rápidamente al perdonarte comenzaste a comportarte de una manera correcta, creo que te habías dado cuenta de que en ese instante todo cambió.

Yo sin querer estaba comenzando a quererte de más...
más de lo que debía, no sé si tu lo notaste pero yo si noté que comenzaste a seguirme la corriente y fue peor porque cuando quise detenerte, solo hiciste un berrinche y no sé si es que te estabas haciendo el tonto o que de verdad no comprendías...

más tarde lo volviste a arruinar todo, entonces...

todas aquellas cosas que sentía murieron, todo el cariño, el amor, la amistad, el perdón, TODO. 

Finalmente te dije adiós, y tu no lo aceptaste, me dijiste que querías que todo volviera a ser como antes pero no pude...

no pude porque ya no sentía nada.

la vida continuó... Y ahora soy más feliz de lo que era contigo.

jamás te aferres a algo que duele, ni intentes revivir lo que ya murió.