A veces tienes que ir por tu cuenta.

''El que no arriesga, no gana''. ya hemos oído este refrán un millón de veces...
pero yo creo firmemente en él, porque si no arriesgamos no sabremos si el resultado será bueno o malo.
hay veces que si arriesgas, no queda más remedio que renunciar a tu vieja vida, salir de tu ''zona de comodidad'' y volver a comenzar, pero al hacer esto tal vez el precio sea muy elevado para tu corazón,  tu alma o quizás tu reputación.
El resultado de este, puede valer o no la pena, no es posible saberlo, hasta el final;
pero realmente no importa mucho si vale la pena o no, porque lo que nos reconforta, lo que realmente nos llena, es el saber que existen cosas por las cuales valen la pena sacrificarse.




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Espacio entre lo que fuimos, lo que somos y lo que fue.

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